LA SANTÍSIMA TRINIDAD

                                                     LA SANTÍSIMA TRINIDAD


La Solemnidad de la Santísima Trnidad, es celebrar al Dios profundo, al Dios verdadero, es celebrar el Misterio de nuestra fe.
Dios es uno y Trino y acercarnos a ese Misterio es conocer que tenemos tres personas importantes para nuestro crecimiento espiritual.
De tal forma que siempre tenemos una persona con la que establecemos un vínculo especial.
Siempre insisto que debemos pedir, y pedir mucho al Espíritu Santo porque a través de Él entendemos este bello misterio.
No podemos olvidarnos de mamita María, ella que se convirtió en el Sagrario humano, pidamos a ella que nos dirija en este misterio de amor. A ella que nos entregó al Hijo de Dios  hecho hombre, esposa del Espíritu Santo y que en ella los apóstoles encontraron inspiración Divina para recibir al Espíritu Santo.
¿Se imaginan ustedes que ocurriría en la humanidad si confiaramos cada  problema a Dios uno y Trino?
No basta proclamar nuestra fe en el Credo. Debemos vivirla día a día y "devolver la imagen a este mundo, el verbo que nos creó, la de un amor sin límites, que no nos uniformiza sino que nos une en la diversidad"
                     Manuel Bru.
Dice Enrique Cambón, el autor de "Vivir la Trinidad. Pistas para una nueva sociedad", que "una actitud Trinitaria no hace más que poner las condiciones para una verdadera comunicación y comunión entre las personas (...) y encuentra su más alto sentido, cuando aumenta su amor a Dios entre los seres humanos y produce una mayor presencia de Divinidad en la humanidad. En palabras de Chiara Lubich, esta presencia es el más fuerte testimonio de Dios al mundo. Porque, según San Agustín, Ves la trinidad si ves el amor".
Es Dios Padre, el que conoce el número de mis cabellos, el que tenía mi nombre en sus manos cuando me creó. Es mi Dios Padre,  el que cuando entro a mi habitación me oye y conoce todo cuanto me pasa, me duele o necesito. Él conoce mis pecados y perdona mis errores.
Es Dios Hijo, la misericordia hecha carne, el que cargó con mis pecados. El que nos lleva al Padre. Mi Señor, mi Divino modelo de humanidad. El manantial de amor en el cual confío, me salva de las garras del maligno. El que murió y resucitó por mi. Tú que haces todo nuevo, renuévame todos los días!!!.
Es Dios Espíritu Santo, el que habita en mi corazón, Tú el don perfecto de Dios: nos enseñas todo lo que sabemos.
Ven Espíritu Santo
ven a nuestras vidas, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padrequiere decirnos a través de su Hijo
Jesús, el Cristo.
Que tu palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en 
Nosotros.
Amén.