ORACIÓN DE SANACIÓN POR LAS SANTAS LLAGAS DE JESÚS
ORACION
DE SANACION POR LA SANTAS LLAGAS
Hijo,
yo bajé del cielo para tu salvación y abracé tu pequeñez, no por necesidad, sino por el amor que reinaba en mi corazón, para que
aprendieras la paciencia y sufrieras sin rabia las miserias
temporales.
Si
te fijas en mi, desde el momento de mi nacimiento hasta el de mi
muerte en la cruz, no me faltaron dolores para padecer.
Tuve
escasez de bienes materiales, a menudo oí muchas murmuraciones de
mí, soporté con paciencia afrentas y oprobios. Por las bondades que
realicé, recibí ingratitudes; a cambio de los milagros, recibí
blasfemias; y por mi doctrina de amor, recibí criticas, rechazo y
odio.
Pero
en todos los dolores y sufrimientos yo me adelanté a ti. Ya yo
recorrí el camino de la aflicción. Por eso yo sé bien cuanto
sufres. Conozco las heridas de tu corazón, porque son las mismas que
llevo en mi costado Deja por un momento de quejarte y considera mi
pasión. Recorre conmigo los dolores que sufrí y contempla los
cinco momentos en que derramé sangre, para que todos mis hijos
fueran salvados.
Veme
en el huerto de los Olivos, sudando sangre, porque sentía miedo,
terror ante mi inminente pasión. Esa sangre la derramé
especialmente para tu alma para que cesen todos los miedos y temores
que te acosan Miedo a enfermarte, miedo a la soledad, miedo a sufrir,
miedo a morir.
Mírame
ahora amarrado a la columna, en mi espalda están marcadas con sangre
las huellas de cada latigazo. Se me ha despedazado la carne y soy una
llaga viva. Esta sangre la derramé en silencio por ti, para que
todos los pecados de la carne, el pecado de impureza y la lujuria te
fuera perdonados,
para que todas las traiciones e infidelidades matrimoniales fueran
menos dolorosas para ti.
Observa
mi cabeza, agujereada por las punzantes espinas de una corona. Hilos
de sangre cubren mi rostro y nublan mis ojos. Con esta sangre te
libro de toda burla, de toda humillación que puedan haberte hecho.
Para que tú seas digno, yo entrego la sangre de mi frente.
Contémplame
ahora en el momento más doloroso de mi existencia La sangre brota de
mis pies y manos pues he sido traspasado por los clavos. Mientras mi
sangre se derrama en el Calvario, voy diciéndole a mi Padre que
perdone a mis hermanos por que no saben lo que hacen. Por la sangre
de mis manos, desato las tuyas para que puedas trabajar y vivir en
paz, para que puedas amar y acariciar. Por la sangre de mis pies,
desato los tuyos para que puedas avanzar hacia el futuro con
confianza y esperanza, para que tus pasos recorran el camino del
amor.
Imagíname
ya muerto, mi cabeza doblada sobre el pecho, derribado, muerto. La
crueldad de los hombres ha llegado hasta el punto de querer herirme
más allá de la muerte. Me clavan una lanza en el corazón, pero la
sangre que salió de mi costado, mezclada con agua es para que sepas
que aún muerto, antes de mi resurrección, pensaba en ti, para que
tú tuvieras una radiante hermosura. Esa sangre que derramé te
limpia te purifica, te compra un lugar a mi lado para toda la
eternidad.
Aceptas
ahora mi sangre? Crees en mi sacrificio perpetuo? Crees en la
Eucaristía? Entonces estarás salvado.
¡Oh si,
Señor Jesús!, aceptamos beber del torrente de tus delicias. Tu
sangre preciosa si apagará nuestra sed de justicia y amor.
Amén.
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