LIBERACIÓN DE TRISTEZA, DOLOR Y LLANTO

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            SÁCAME, SEÑOR, DE LA TRISTEZA, EL DOLOR
                                   Y EL LLANTO.


El llanto es utilizado por Dios para sanar nuestra alma. Dejemos que Dios
sane nuestro corazón a través  de las lágrimas y que coloque su bálsamo
de Amor sobre nuestras heridas por medio de sus santas llagas.



El Señor Yavé enjuagará las lágrimas de todos los rostros; devolverá la
honra a su pueblo, y a toda la tierra, pues así lo ha dicho Yavé.
( Is 25,8 )

Mi vida se consume en la aflicción y mis años entre gemidos; mi fuerza
desfallece entre tanto dolor y mis huesos se deshacen.
Salmo 31,11

Estoy extenuado de tanto gemir, cada noche empapo mi cama y con mis
lágrimas inundo mi lecho. Mis ojos se consumen de tristeza, he envejecido
al ver tantos enemigos. Aléjense de mí, ustedes malvados, porque el
Señor oyó la voz de mi llanto (Sal 6,7-9)
Levántate, Señor, alza tu mano. No te olvides de los desdichados.
(Sal 10,12)

                          ORACIÓN

Yo renuncio en Nombre de Jesucristo a toda tristeza, al dolor y también
al llanto provocado por el maligno y que están escondidos en mi corazón
y mi mente. En nombre de Jesucristo te ruego soples sobre mí tu aliento
de vida y me bautices en tu Espíritu Santo, cúrame, transformame y quita
de mi todo sello demoníaco  que se haya enraizado en mí.

Señor Jesucristo, tu conoces mi historia y todo cuanto ocurrió en la vida
de mis antepasados. Todo mi sufrimiento, dolor y lágrimas, en Nombre
de Nuestro Señor Jesucristo lo uno con los sufrimientos, dolor y lágrimas
de Él en la Santa Cruz. Para que por medio de Cristo tenga valor a los
ojos de Dios. Rompe Señor Jesucristo con toda la carga hereditaria de
tristeza, dolor, llanto, angustia, depresión, desesperación y melancolía
heredada de mis antepasados.

En Nombre de Jesucristo, por los méritos de su pasión, muerte y
resurrección desactivo, desautoriza, arranco y destruyo todas estas
cargas, y las envío y ato junto con todos los demonios que se adhirieron
a las heridas a los pies de Nuestro Señor Jesucristo en la Santa Cruz.
Les prohíbo regresar  ni ejercer ningún tipo de acción, venganza o
retaliación contra mí o contra mis familiares, en el presente o en las
futuras generaciones. En Nombre de Jesucristo, por el Poder de la
Sangre del cordero de Dios , rompo la legalidad y los sellos, las
ataduras, cadenas, ligaduras, los grilletes, la cuerda del yugo de
esclavitud de satanás.

Lléname Señor Jesucristo de tu presencia, de tu Santo Espíritu, de tu
amor y de tu alegría. Daré testimonio de las maravillas que has
realizado en mí y te alabaré por toda la eternidad. Nunca me cansaré
de agradecerte por tu bondad Señor. Con la Santísima Virgen te
alabo. Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu exulta en Dios mi
salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava
(Lc 1, 47) Amén.